Friday, April 19, 2013

Theoden






Theoden, un rey que supo ser justo, con el pasar de los tiempos es absorbido por los venenos del mal consejero Grima, engranaje y esbirro del oscuro mago Saruman, quién también a su vez forma parte de la cadena de aquellos que han sucumbido. En El señor de los anillos, Peter Jackson compone para ilustrar al personaje de JRR Tolkien, a un rey que evidencia su conversión en los múltiples pliegues de un rostro prematuramente envejecido, pálido, con la vista extraviada, cercana a la ceguera, el ceño afligido y un pelo tan encanecido como enmarañado. Sólo queda de aquel hombre salomónico una corona y un trono en el cual tirita su frágil cuerpo, acicateado no por los devenires etarios sino por la perversión, el embrujo maléfico por el cual se ha dejado maniobrar.
Hoy por la mañana, antes de salir a trabajar, encendí la televisión y recordé a Theoden. En el banco de los acusados, a la espera de una sentencia, hacía su descargo final José Pedraza, líder sindical ferroviario, responsable político del asesinato del militante trotskista Mariano Ferreyra. No pude evitar cotejarlo con el personaje de Tolkien. Apenas diferenciado de éste por la estudiada serenidad que da la clásica peineta ortodoxa, todas sus facciones me hablaron, no solo su lenguaje, de un cúmulo de sedimentos impregnados, apenas disimulados por setenta años de edad, huellas que testimonian la traición acuñada en un semblante. Vi en esos parpados cansados, caídos, que recubren unos ojos acuosos, la mirada del fundido, del que quiso negarse a sí mismo y siente que todos lo reconocen en esa clave, y por eso no puede hacer otra cosa que mostrarse como tal, al punto de que su cuerpo ha decidido cristalizar el mensaje sin necesidad de verbalidades. 
Pero escuché también sus palabras, que recorrieron cansinas la urdimbre de la historia reciente de nuestro país y nuestra clase trabajadora, como ecos que aún perviven a modo de anecdotario en el Pedraza arrobado por las patronales, de bigote recortado, el que en conversación campechana le comenta al ministro de trabajo Carlos Tomada que los sindicalistas aburguesados “son de los nuestros”. Las palabras de inocencia que proclamó esta mañana ante los presentes, incluida la madre de Mariano, fueron desmentidas no ya por las evidencias, sino por su triste figura, la de la derrota. 
Escribo estas breves líneas en la expectativa de los minutos previos al veredicto final, que la mayoría social anhela contundente y ejemplificadora. Pero quiero agregar algo más. Theoden, esto no lo dije antes, finalmente se redime, consigue librarse del influjo del mal, después de todo fue engañado por las fuerzas oscuras. Para Pedraza, en cambio, ya no hay vuelta atrás, no hubo ningún espíritu malvado que lo empujara a ser partícipe de la entrega, los negocios empresariales y el crimen de un militante social. Eligió por su propia cuenta un camino que podemos ver en su rostro resignado, pleno de marcas elocuentes. 
Se sabe que no es el único.

19-04-13

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