La casa nueva
La casa
nueva, esa en la que vivimos ahora, es tan inmensa que todavía hay cuartos en
los cuales sabemos habitan otras
personas que no parecen dispuestas a marcharse. Por eso discutimos, porque no
llegamos a ningún acuerdo, porque no sabemos que hacer con los ocupantes y por eso, en un acceso de cólera, impacté mi puño cerrado sobre tu rostro y vos
empezaste a correr hacia el parque, huyendo de mi demencia. A mitad del camino
te alcancé y te tomé entre mis brazos, te pedí perdón, te dije que no había
sido un golpe premeditado, que la mano se me había escurrido y que por sobre
todas las cosas, que te amaba. Me dijiste que lo sabías, pero que quizás vos no
estabas tan segura de experimentar las mismas emociones. Rodeados de árboles, señalaste
al sol allá arriba, que nos obnubiló fosforescente. Parecía el ocaso de todo,
de nosotros, del país, del universo.
7-12-12
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