Sunday, February 11, 2007

Tom Waits


Hay una imagen que me fascina y entristece a la vez: la del hombre solitario. Esta figura, universal sin dudas, cobra matices particulares en toda una zona del imaginario social y cultural estadounidense. La representación del sujeto aplastado por la falacia del sueño americano da lugar a una cantidad de elementos que me atraen de modo vertiginoso. Ernest Hemingway, Charles Bukowski, William Burroughs o Norman Mailer entre muchos otros, han sabido recrear en el campo de la literatura, cada uno a su modo, la imagen de un hombre melancólico, frustrado, mutilado, que se pasea errático por las ciudades en busca de una cantina (siempre oscura, declinante ) en donde poder alcoholizarse o simplemente agarrarse a las trompadas sin motivos claros. Un hombre obstinado en el recuerdo de un viejo amor, quizás inexistente, que lo hiere hondo y es motivo de su parlamento beodo. El inminente sucidio, el béisbol, el boxeo, el humo de los cigarrillos, la cocaína, las mesas de pool, las cervezas en lata, los cuerpos sucios y el sexo promiscuo conforman una serie de tópicos que me resultan sumamente llamativos.
Tom Waits es músico, actor y poeta. Muriel, una jazzera canción de su disco títulado Foreign affairs, me llegó a la cabeza de forma súbita, directa. El piano sútil, el saxo nostalgioso, la garganta ríspida de Waits y una letra tan sencilla como hermosa, se suman a todo este acervo estadounidense del cual he hablado hasta ahora. La poesía referencial, austera, llana, me seduce mucho más que el hermetismo de algunas vanguardias que parecieran tocar el cielo literario con tanta elipsis. Yo prefiero, al menos hoy, que el perro sea el perro y que la pija sea la pija.
Bien, basta de chamuyo flaco, a continuación, la letra de Muriel traducida al español:

Muriel/ Muriel, desde que dejaste la ciudad, los bares cerraron,/ Y hay un poste de alumbrado quemado en la calle principal,/ donde solíamos pasear/ Y Muriel sigo frecuentando los mismos viejos lugares,/ Y vos me acompañás donde vaya/ Y Muriel te veo en una noche de sábado/ Apareciendo por las galerías con tu cabello recogido/ Y el brillo del diamante en tus ojos,/ Que es el único anillo de bodas que te compraría, Muriel/ Y Muriel cuántas veces he dejado esta ciudad/ Para esconderme de tu recuerdo/ Y se me aparece,/ pero sólo llegaré hasta el próximo bar/ donde comprar otro cigarrillo barato y te veré cada noche/ hey Muriel/ hey Muriel tu amiguito tiene una luz...



6 Comments:

Anonymous Anonymous said...

que sera Grisel de ti... ?

4:42 PM  
Blogger A said...

This comment has been removed by the author.

6:07 PM  
Anonymous Anonymous said...

quien es este forro de la foto? seguro que se la come

7:07 AM  
Anonymous Anonymous said...

Anónimo, sé quien sos, huelo tu cuerpo judío ...

5:50 PM  
Anonymous Anonymous said...

maldita sea emiliano, maldita sea, igual los judios somos dos, estas seguro seguro??

6:38 AM  
Anonymous Anonymous said...

no, quizás no este seguro, pero sigo oliendo judeznos...

4:03 PM  

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