Wednesday, September 28, 2011

Puedo evocar encadenadamente

A veces, mientras intento dormirme, puedo evocar encadenadamente, como si fueran flashes, antiguos sueños que vuelven a revelarse, saliendo ellos del reposo, emergiendo nuevamente de un prolongado descanso. Son retazos que permanecieron en algún rincón de mi memoria de los sueños, información almacenada por motivos insondables. Son esos dos grandes piletones de agua caliente, vaporosos, a techo cerrado, con pocos y minúsculos seres bañándose. Son esas morsas desproporcionadas, violáceas, de ojos gigantes y alucinados, giratorios, saliendo de un mar amenazante. Son esas montañas de espuma blanquecina, moteada de múltiples, suaves y artificiales colores, de las cuáles intento aferrarme mientras voy cayendo en la nada. Son esos desiertos de tierra polvorienta y colorada, extensos, en los cuales se emplaza señorial una fortaleza cilíndrica de ladrillos de adobe que no resguarda más que una tienda comercial de ropa. Son los océanos enloquecidos que se desbordan e inundan las ciudades y buena parte del planeta tierra. Los sueños son una zona de amenaza y fascinación. Mientras no sepa de qué hablar escribiré sobre ellos.



28-09-11

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